Don Giovanni en el Teatro Colón

El Teatro Colón de Buenos Aires presentó, en el marco de su actual temporada de ópera, "Don Giovanni" de Wolfgang A. Mozart. Una puesta enteramente basada en sus intérpretes que, con gran acierto, llevaron adelante una de las obras más representativas del género lírico.

Por Alejandro Villarreal

---

El Teatro Colón de Buenos Aires presentó, en el marco de su actual temporada de ópera, "Don Giovanni" de Wolfgang A. Mozart. Una puesta enteramente basada en sus intérpretes que, con gran acierto, llevaron adelante una de las obras más representativas del género lírico. Un elenco internacional que funcionó a la perfección, conjugándose de manera correcta con la orquesta. La escenografía fue por lo menos sencilla si tenemos en cuenta que cada escena y acto merecen cambios estructurales de espacios y en esta representación del regie alemán Michael Haempe toda la acción sucede en el mismo lugar.

 

Con "Don Giovanni", Mozart retrata de manera precisa la sociedad anterior a la gran Revolución y revela las pasiones y los dramas de la sociedad de su tiempo. La obra posee efectos típicos de una novela negra y a la vez de una de corte romántico; tiene humor y cinismo, pasión y desamor. En "Don Giovanni" todos sus actores tienen un papel fundamental, un espacio para mostrarse, exponerse, retratarse y por qué no, destacarse entre los demás. La obra desde lo musical es muy generosa ya que en un tiempo adecuado nos retrata de manera clara la vida de Don Juan y a su vez permite la constante exposición de sus protagonistas, sin escenas vacías. Cada una en su lugar van creando de menor a mayor la gran ópera que es "Don Giovanni". Mozart con 31 años creó la ópera más inmoral en palabras de Beethoven, la mejor de todas según Goethe y la más inmortal según E.T.A. Hoffman.

 

El Teatro Colón presentó su nueva versión de "Don Giovanni" con un elenco internacional que estuvo a la altura de la más inmoral, la mejor o la más inmortal de las óperas. El bajo-barítono italiano Nicola Ulivieri creó un Don Juan ideal, su voz y presencia son funcionales a este papel. Ulivieri mantuvo su potente voz con fuerza tonal y extremada justeza, que en él es natural como hablar. Su Don Juan fue perfecto, exaltado por una gran actuación del barítono Eduardo Chama que conformó un Leporello excelente, gracioso y cínico, sumiso y decidido. Chama con gran potencial lírico nos dejo una excelente imagen del criado de "Don Giovanni", su actuación fue perfecta por su adecuación al rol y el gran caudal de su voz. Ulivieri y Chama fueron una pareja indisoluble.

 

Más allá de destacar a Don Juan y Leporello, la más grata sensación nació de dos intérpretes que son dignos de encuadrar, la soprano francesa Norah Amsellem en el papel de Doña Anna y el tenor canadiense John Tessier en el papel de Don Ottavio. Amsellem que ha trabajado en los principales teatros líricos del Mundo no defraudó en absoluto, al contrario su voz e interpretación fueron perfectas. En un excelente momento de su carrera , nos recuerda a las grandes sopranos de coloratura del siglo pasado. Por su parte Tessier es un tenor correcto, su tono ligero y agudo es perfecto con gran control del vibrato y gran proyección sonora. Un intérprete de Mozart impecable.

 

La soprano argentina Virginia Tola emprendió el complicado papel de Doña Elvira en una actuación que no desentonó en absoluto con lo hasta acá descrito. Tola fue lírica cuando la música lo precisó y apasionada cuando la acción lo necesitaba. Tola es una gran intérprete que día a día va creciendo en su proyección mundial. Eliana Bayón (Zerlina) y Fernando Radó (Masetto) conformaron un gran dúo, con gran versatilidad. Ambos artistas argentinos cumplieron un rol parejo y digno de aprobación.

 

La orquesta, bajo la dirección musical del brasileño John Neschling sonó siempre viva, con gran fuerza emotiva y pareja al andar. Mozart siempre propone gran lucimiento de la orquesta en sus óperas ya que brinda el mismo protagonismo al foso que al escenario.
 

 

Michael Haempe encargado de la escenografía fue el punto más débil de la puesta. Desde la confirmación de su presencia generó grandes expectativas que en el transcurso de la obra se fueron disipando. Tras la apertura del telón, nos encontramos con grandes columnas, balcones, escaleras y terrazas en distintos niveles. Imponente comienzo que, a medida que los actos se iban sucediendo, con el factor sorpresa se iba apagando. Por medio de distintos carriles se movían paredes y cortinados pero la estructura inicial nunca cambió. De esta manera podemos decir que toda la ópera transcurrió en el mismo lugar. La casa de Doña Anna fue después la de don Giovanni, también fue el camino por donde transita Doña Elvira, el patio de un festejo pagano y el cementerio donde se encuentra la estatua del comendador. Por todo esto es que llega a sorprender tanta simpleza, máxime tratándose del Teatro Colón y de Michael Haempe.

 

En síntesis, "Don Giovanni" de Mozart en el Teatro Colón fue un gran despliegue de voces afinadas, con actuaciones creíbles y un ensamble con la orquesta que devino en una puesta donde la acción siempre se mantuvo viva y la historia fue expresada de manera ágil y correcta.

 

Alejandro Villarreal
Director de hagaselamusica.com
 

---

---