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Clásica y ópera -

"Erwartung" y "Hagith" en el Teatro Colón


En una velada signada por la vanguardia musical, el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de la actual temporada lírica presentó dos obras de diferentes vertientes pero que en conjunto se complementan. "Erwartung" de Arnold Schöenberg y "Hagith" de Karol Szymanowski.
Por Alejandro Villarreal


En una velada signada por la vanguardia musical, el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de la actual temporada lírica presentó dos obras de diferentes vertientes pero que en conjunto se complementan. "Erwartung" de Arnold Schöenberg y "Hagith" de Karol Szymanowski se fundieron en un abrazo cargado de cualidades tales como la audacia, el virtuosismo, excelentes voces y el gran desarrollo escénico.

 

Arnold Schöenberg completó su "Erwartung" en 1909. Finalizada en menos de tres semanas, la ópera es un monodrama de 30 minutos de duración, compuesta para soprano y orquesta y es considerada la obra por excelencia de la música moderna y el expresionismo. "Erwartung" representa el primer intento de Schöenberg de crear una composición atonal a gran escala. La historia de "Erwartung", con textos de Marie Pappenheim, representa a una mujer sin nombre que vaga en un bosque por la noche buscando a su amante, su intensa búsqueda está cargada de ansiedad, se encuentra asustada y perturbada mentalmente. La representación del Teatro Colón es muy significativa a la vez que sencilla y ése es el mayor logro de la puesta en escena de Pedro Pablo García Caffi. Estamos en presencia de un drama psicológico, García Caffi solo deja caer unas cuantas sogas sobre el escenario que representan de manera magistral las ataduras mentales que vive todo ser humano en su lucha por conseguir lo que desea y no alcanza, pero claro, a su vez representan la opresión de un bosque de noche con sus caminos coartados tras cada paso. Gran diseño de iluminación y efectividad en el recorrido escénico, ajustada visión de la música de Schöenberg de Baldur Brönnimann al frente de la Orquesta Estable y una interpretación correcta, aunque con poca vena dramática de la soprano rusa Elena Nebera que hicieron de "Erwartung" una interesante realización que deja como resabio a un público analítico que debate desde lo psicológico lo que allí se vio y escuchó. Todos nos vemos involucrados y las preguntas siempre superan en gran número a las respuestas. Pero si hay alguien que definió de manera absoluta esta obra fue su autor: “Erwartung puede ser interpretada como una pesadilla en cámara lenta de todo lo que ocurre en un segundo de un máximo estrés psicológico y espiritual”.

 

Solo unos pocos minutos separaron la atonalidad de Schöenberg de la libertad tonal de Szymanowski. Mientras el primero redefinía la música del siglo XX el segundo componía con gran influencia de su coterráneo Fréderic Chopin. Ambos compositores, que fueron contemporáneos, son imposibles de comparar y a la vez es innecesario hacerlo, pero no esta demás el ejercicio al que el Teatro Colón nos indujo con este desafío audaz de representar en una misma velada dos obras completamente opuestas. No debemos juzgar lo que representa una u otra para la historia de la música y mucho menos generar una rivalidad que no existe. "Erwartung" de Schöenberg y "Hagith" de Szymanovwski son dos obras con peso propio pero que por su duración siempre se representan acompañadas por otras obras más cercanas en estilo o no. En este caso proponemos juzgar cada una de manera independiente y no enfrentándolas. Solo unos pocos minutos fueron suficientes para poder observar y escuchar "Hagith" dejando de lado las sensaciones generadas por “Erwartung".

 

"Hagith" de Karol Szymanowski cuenta la historia de la joven Hagith que debe entregarse por orden del Sumo Sacerdote al moribundo Viejo Rey y así insuflarle sangre nueva, inyectarle vida y asegurarle de esta manera mantener su ambición de no ceder el trono a su hijo. El Joven rey se enamora de Hagith y ésta en un acto considerado como traición se niega a hacer el sacrificio por el Viejo Rey. El anciano finalmente muere y Hagith es condenada a la lapidación por no haber cumplido con su mandato. En "Hagith" nos encontramos con un Karol Szymanowski influenciado por el impresionismo de Debussy, con una obra compuesta entre 1912 y 1913 en Viena  aunque la ópera recién fue estrenada en Varsovia en el año 1922. "Hagith" nunca había sido representada en nuestro país, por lo tanto este estreno en el Teatro Colón significó una interesante apertura a la música del compositor polaco. Una puesta en escena muy cuidada y con muchos puntos significativos llevó adelante el director Michal Znaniecki con quien tuve el gusto de compartir una interesante charla en febrero de este año. Znaniecki es un régie que ahonda de manera estricta en la intención del compositor al crear una obra; estudiando tiempo, lugares y circunstancias que rodearon dicha composición. A través de esta máxima estilística Znaniecki representa la visión del creador y la exalta en escena sin concesiones, su único objetivo es provocar y demostrar lo que el compositor quiere expresar valiéndose libremente del tiempo, la tecnología y por supuesto su integra creatividad. Es así que en "Hagith" nos encontramos con un Viejo Rey que vive en un mundo irreal, fuera de tiempo, en donde las monarquías no encuentran sentido ni relación con el tiempo actual. El vive y muere en su lecho que a manera de bóveda lo mantiene en su realidad, mientras afuera el pueblo continúa la vida según los tiempos actuales. Znaniecki representa con gran maestría el contraste de una sociedad que sigue su curso en el tiempo y una monarquía empecinada en mantener vigente la historia y retrasar su destino. Es así que en primer plano vemos a un Rey Viejo con sus miserias tratando de eternizarse y en segundo plano un pueblo que en este caso bien podría ser la Buenos Aires de 1920 por sus vestimentas pero que contrasta con un fondo de edificios de nuestro presente. Una puesta en escena sin época para una obra que representa todo lo contrario y en donde el tiempo es el principal protagonista. Znaniecki no deja detalles librados al azar, los personajes viven el presente pero mantienen de manera enfermiza la pantomima de un rey sin tiempo, su último bastión es su lecho de muerte y va recorriendo el escenario de principio a fin como en una línea de tiempo imaginaria. Su obsesión final de no morir lo lleva a empujar su lecho en sentido contrario, como quien trata de retroceder el tiempo, pero solo significa la mejoría previa a la muerte. El Viejo Rey ya sin resto de vida muere mientras la sociedad se libera de las ataduras de su reinado. Una gran puesta del director polaco Michal Znaniecki quien además es el règie de la única grabación a nivel mundial que existe de "Hagith" realizada por el Coro y la Orquesta de la Ópera de Wroclaw.

 

Además de la interesante puesta, "Hagith" contó con grandes interpretaciones que hicieron de este estreno un punto de referencia de la presente temporada lírica del Teatro Colón. Excelente interpretación de Ewa Biegas en el papel de Hagith, la soprano polaca concentra una gran voz e interpreta de manera magistral los dictámenes de Szymanowski que reserva para Hagith momentos de gran belleza vocal. Memorables fueron los dúos de Biegas con el tenor Hans Schöpflin y Enrique Folger. El Coro tiene reservado un lugar exquisito y preponderante en el final de la obra con líneas vocales de gran intensidad y como siempre el Coro Estable bajo la dirección de Peter Burian estuvo a la altura de la circunstancias. La dirección de Baldur Brönnimann al frente de la Orquesta Estable fue en este caso muy expresiva y ajustada. "Hagith" de Karol Szymanowski pasó la prueba de fuego en el Teatro Colón, una interesante ópera de un compositor desconocido por estas latitudes pero no por eso menos valorado. Szymanowski merece más representaciones y "Hagith" debería formar parte de manera más habitual de la agenda de los teatros del Mundo.

 

"Erwartung" y "Hagith" se unieron de manera inesperada en el Teatro Colón. La vanguardia se hizo presente con esplendor, no sé qué siente el público tradicional de la ópera (observé muchas personas indiferentes entre el público) pero es realmente trascendente e importante que los grandes teatros den lugar a obras desconocidas y/o no tan representadas. Excelente por donde se mire el transcurrir de la presente temporada lírica de nuestro bastión cultural a nivel mundial.

 

Alejandro César Villarreal
Director de www.hagaselamusica.com



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